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Capulina, el rey de Acapulco
17 de enero de 2020
Víctor Manuel Jiménez Mora.

La política sin principios, el placer sin compromiso, la Riqueza sin trabajo, la Sabiduría sin carácter, los Negocios sin moral, la Ciencia sin humanidad y la Oración sin caridad, son oprobiosos para una sociedad necesitada.
Si a Germán Valdéz “Tin tan” se debe el hecho de que a Acapulco se le haya promovido nacional e internacionalmente en los 50´s, a Gaspar Henaine “Capulina” debe catalogarse como quien otorgó al puerto prestigio a lo largo y ancho del país, en la siguiente década al filmar aquí la película: “Buenos días Acapulco”, en 1964.
Entonces era la pareja de “Viruta y Capulina”, la que realizó esa cinta, “a todo color”, la que permitió promover al puerto a través de la imagen, con sus paisajes a todo esplendor, su mar y cielos de azul intenso y casi casi sentir la caricia de la brisa.
Capulina y Viruta le dan la bienvenida a Ricardito como parte de un plan secreto de detectives en el hotel Acapulco.

El auge de Acapulco por medio de la pantalla de las salas de cine se consolidó en territorio nacional, convirtiendo a este destino en el preferido de los mexicanos, como ocurre hasta la fecha.
En las escenas de la película se observan los hoteles de moda: “Acapulco Hilton”, “Las Brisas”, “Club de Esquís”, “Ritz”, “Maris”, “El Presidente”, “Casablanca” y “Elcano”, así como el Club de Yates, con unas cuantos yates y lanchas.
Es de destacar que los cerros del anfiteatro permanecían naturales, sin ser tocados por el hombre; que la costera Miguel Alemán casi no contaba con tráfico vehicular y que a lo largo de ella eran contadas las construcciones. Abundaban los lotes baldíos y la Escénica semejaba una brecha entre el verdor.
CLUB DE YATES ACAPULCO, EN AQUEL TIEMPO.

“Capulina” también filmó aquí “El mundo de los aviones”, en 1969, y “El Rey de Acapulco”, en 1972. En ambas cintas, también a color, se aprecian La Quebrada, La Angosta, el malecón, con peces vela colgados para la foto; el yate “Fiesta”, las calandrias de la costera, las lanchas de fondo de cristal de Caleta y los hoteles de la época, “Paraíso Marriot” “Holliday Inn”y “Ritz”, así como el clásico niño que “mueve la barriga por un peso”.
Como se aprecia, Gaspar Henaine “Capulina” fue un impulsor de Acapulco formando una trilogía fundamental para su proyección mundial, al lado de Germán Valdéz “Tin tan” y Mario Moreno “Cantinflas”.
Gaspar Henaine “Capulina”, y familia, homenajeado en este puerto, algunos años atrás.
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