Acapulco, un icónico destino turístico, se encuentra en un momento crucial para su evolución. El huracán Otis ha dejado a su paso la necesidad imperante de una nueva planificación urbana que propulse la transformación de la ciudad hacia un modelo más inteligente. La coordinadora de Proyecto de la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad, María José Salcedo Campos, destaca la oportunidad de redefinir la ciudad a través de cinco pilares fundamentales: sustentabilidad, movilidad urbana, resiliencia ambiental, accesibilidad y transparencia.

Uno de los hallazgos clave es la falta de infraestructura verde para la sostenibilidad, haciendo hincapié en la necesidad de generar playas inteligentes con malecones resilientes. Salcedo Campos sugiere un replanteamiento integral, donde Acapulco pueda recuperar la flora y fauna originales, asegurando que las playas sean espacios públicos, no privados. Este enfoque busca no solo reconstruir lo perdido, sino también reinventar la ciudad para un futuro más sostenible y resistente.

Dentro de estos pilares, se destaca la importancia de la diversificación de actividades económicas y la búsqueda de una autonomía financiera. Acapulco se enfrenta al desafío de pasar de depender de asignaciones gubernamentales a generar sus propios recursos, mediante impuestos locales e inversiones. La ciudad inteligente del futuro no solo se enfoca en el turismo, sino que también abre sus puertas a emprendedores y empresas de diversos sectores, promoviendo un crecimiento equitativo y sostenible.

El llamado es claro: Acapulco tiene la oportunidad de renacer, no solo como un destino turístico, sino como una ciudad moderna, inteligente y autosuficiente. Este proyecto ambicioso, presentado por la Fundación Friedrich Naumann, se postula como una guía para el renacimiento de Acapulco, una ciudad que mira hacia el futuro con visión y determinación.

Por un Acapulco más resiliente, sostenible y vibrante.