La falta de árboles en Acapulco ha ocasionado un aumento de cuatro grados centígrados en la temperatura, generando islas de calor. Ante esta situación, el ambientalista Juan Barnard Ávila lidera un censo junto al grupo ecologista ReverdeSer para evaluar los daños en árboles y palmeras de la avenida costera Miguel Alemán.

Ávila, biólogo marino y doctorante en ciencias ambientales, destaca la importancia de cuidar las especies sobrevivientes y propone un plan de arborización urbana y reforestación rural. Utilizando GPS, mide coordenadas, radiación solar y realiza un mapa con especies identificadas, promoviendo especialmente las nativas.

Durante sus recorridos, destaca la resiliencia de especies exóticas como la Palma Real y almendros, subrayando la necesidad de fomentar especies locales. El grupo ReverdeSer diferencia entre reforestar y arborizar, priorizando la conservación de árboles existentes y posponiendo nuevas plantaciones debido a la escasez de agua.

Barnard Ávila, también conocido por su investigación sobre el daño ecológico en Puerto Marqués, solicita a la sociedad esperar la temporada de lluvias para plantar árboles. El grupo planea un segundo mapa de árboles plantados por la comunidad, evitando especies invasoras.

Además, advierte sobre la necesidad de limpiar la devastación antes de la temporada de secas para prevenir incendios forestales. Destaca la colaboración de instituciones como la SEMARNAT, PROFEPA y CONAFOR en la gestión de distintas áreas de Acapulco. La urgencia de cuidar y plantar árboles se presenta como un desafío ambiental crucial en la ciudad.