En un emotivo acto celebrado este martes, con emoción y orgullo, los emblemáticos clavadistas de La Quebrada fueron reconocidos oficialmente por el Guinness World Records al realizar el clavado de cabeza más alto del mundo desde una altura de 35 metros. El acto de entrega se llevó a cabo este martes 15 de abril en la explanada de La Quebrada, donde se congregaron turistas, medios de comunicación, autoridades estatales y locales, así como decenas de familias acapulqueñas.

El certificado fue entregado por representantes de Guinness World Records a manos de la secretaria de Turismo federal, Josefina Rodríguez Zamora, quien destacó la importancia de este reconocimiento como símbolo de resiliencia, identidad y proyección internacional de Acapulco.

“Este récord no es solo una hazaña deportiva, es un homenaje a una tradición que ha trascendido generaciones y ha puesto el nombre de México en alto en todo el mundo”, señaló Rodríguez Zamora durante su discurso.

La Quebrada, ícono indiscutible de Acapulco, ha sido escenario de más de cinco millones de saltos documentados a lo largo de sus más de 90 años de historia. El acto de arrojarse desde las alturas hacia las aguas del Pacífico no solo es una manifestación de valentía y destreza física, sino también una ceremonia de profundo arraigo cultural que ha maravillado a generaciones de visitantes.

Con más de cinco millones de saltos documentados a lo largo de más de 90 años, La Quebrada se consolida como una tradición viva que continúa maravillando a visitantes de todo el mundo. El acto de arrojarse desde las alturas hacia las aguas del Pacífico no solo es una manifestación de valentía y destreza física, sino también una ceremonia de profundo arraigo cultural que ha fascinado a generaciones enteras.

Durante la ceremonia, se rindió homenaje a clavadistas históricos y a los actuales miembros del equipo profesional, quienes han mantenido viva esta tradición incluso en tiempos difíciles, como los recientes embates naturales sufridos por el puerto.

Este reconocimiento se suma a los esfuerzos por reposicionar a Acapulco como un destino turístico de clase mundial, destacando no solo por sus paisajes paradisíacos, sino también por el legado de su gente, su cultura y su capacidad para reinventarse ante la adversidad.

Con este logro, Acapulco vuelve a capturar la atención del mundo, no solo como una joya del Pacífico mexicano, sino como el hogar de hombres y mujeres que desafían la gravedad para mantener viva una de las tradiciones más impresionantes del turismo mundial.