El día arrancó temprano en Playa Majahua, donde los atletas enfrentaron el primer reto: 1.9 km de natación en las aguas cristalinas de la Bahía de Puerto Marqués. La transición al ciclismo llevó a los competidores a recorrer 90 km a través de la Riviera Diamante, una ruta que ofreció paisajes espectaculares y un toque de adrenalina con sus curvas y subidas. Para cerrar con broche de oro, los 21 km de carrera pedestre llevaron a los participantes hasta la meta frente al Hotel Pierre Mundo Imperial, un lugar tan icónico como el propio evento.

Con cada brazada, pedalazo y paso, los atletas y el público compartieron la emoción de un evento que refleja esfuerzo, dedicación y un profundo amor por el deporte. Además, la organización impecable y el apoyo de la comunidad local hicieron que el IRONMAN 70.3 Acapulco se consolidara como un evento inolvidable.

Más allá de ser una competencia, el IRONMAN 70.3 celebró el espíritu de superación y mostró al mundo el encanto de Acapulco como un destino que lo tiene todo: belleza natural, infraestructura de primera y la pasión de su gente. Sin duda, un evento que deja una huella imborrable en quienes lo viven.