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La vida y la ciudad de uno
27 de enero de 2020
Por: Víctor Manuel Jiménez Mora.

Podemos cambiar lo que pensamos. Estimado lector, el espíritu de los acapulqueños sigue. Debemos recordarnos todos los días de las delicias que estamos haciendo en este mundo esplendoroso que es corto en décadas y para muchos casi un respiro. Este es el camino único para abandonar la tristeza para siempre. Incluso cuando nuestras metas parecen fuera de nuestro alcance, no hay razón para perder el entusiasmo. Las mismas presiones se pueden convertir en un progreso delicioso y encantador. De la misma forma que las corrientes de las tormentas guían a los barcos. Hay que olvidarnos de la agitación emocional. Hay que rescatarnos de nosotros mismos. Cuando algo le altere, haga una pausa y diríjase a sí mismo con preguntas inteligentes. Pregúntese en qué le beneficia la alteración y muchas respuestas surgirán entonces, y es precisamente por la realidad en que vivimos. Entonces no hay porque quebrarse.
El principal problema que enfrentamos como personas, es que nos hemos atrapado a nosotros mismos en una carrera en la que solamente estamos buscando alivio. Nuestro tiempo sería invertido más benéficamente si nos dedicáramos a buscar fortaleza espiritual. Nuestro principal error es que hemos aprendido a adaptarnos al sufrimiento, en lugar de aprender a cómo terminarlo. ¿Por qué nos hemos acostumbrado a tolerar a los dictadores internos y externos que nos sojuzgan? Hago hincapié que hay muchas circunstancias de vida adversas que se requiere de facultad para menguar nuestros dolores, pero, ¿Qué opción más existe, el suicidio? No. Por supuesto que no. Comencé diciendo esto, porque me preocupo por usted y por mí. No pido me agradezca, tan sólo que lo reflexione.
EN ACAPULCO, SE CONTABAN MAS DE 41 MIL ASIENTOS DE AVION EN ARRIBO ANUALMENTE, DE 1980 A 1993.
El tema de los años dorados de Acapulco, como sabe usted, es la fuerte relación que tenemos como puente de existencia entre el pasado, el presente y el futuro, no sólo del primero.
Acapulco, debe estar como hace décadas atrás, limpio y seguro, pero de nuestro pensamiento también ¿Qué hay de estos conceptos ahora? No pretendo culpar sólo al gobierno, no gano nada con esto, sino que usted debe reclamar con preparación, bondad, solidaridad su actuación por este paso de existencia y con responsabilidad con todos los sectores. Lo que detiene a los seres humanos es que por un lado, se habla de querer ser feliz, vivir más años sano, ser prósperos y adquirir propiedades, pero, cada vez, existen más clínicas para abortar con mujeres que deciden no tener a sus hijos, existen más engatusamiento para quitar el dinero de los consumidores con productos que no sirven. Hemos entregado nuestro bienestar a cúpulas que rigen esta sociedad con pésimos resultados y desfalcos financieros en circulantes administraciones de nuestras sociedades, otorgado casi todo sin razonar, pedimos a gritos a que nos distraigan con entretenimiento espectacular, desmesurado y bélico, ya que esto entra por los ojos, se absorbe a través de nuestros poros de la piel y se escupe por la boca.
Los resultados se palpan en este siglo XXI. No digo que no haya una ruta de soluciones, si las hay, por eso le escribo.
MANSION NIRVANA

En esta plana lector, nos nutre, la génesis de un movimiento y de principios que se vinculaban de manera orgánica a un pensamiento de amor y de paz en Acapulco para el bien común en esa era como se lo he venido mostrando, aunque pienso que nuestros antepasados se equivocaron en el nombre de "Acapulco", porque si determináramos un género, es una mujer, porque es la más bella de todas las riveras, la más tolerante, una dulce materna que aguanta nuestros desafueros y que se vuelve enfermera de este hospital psiquiátrico. Nos arrulla, y se muestra con orgullo al amanecer con sus días imponentes de inagotable sol.
Esta Riviera de Las Américas, en mi sentimiento de amor, es y será como las gotas de sangre que circulan en el organismo de nuestra sociedad por siempre.
JAVIER LOPEZ “CHABELO”, HOJEANDO EL LIBRO: “LEYENDAS DE ACAPULCO”.

Finalmente, por esto y más, quiero seguir retornando al pasado para darle a usted sentimientos que no quiero dejar escapar hacia todo lo que toco y veo, para seguir amando, la hermosa vida.
P.D. Observe más el atardecer.
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