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Virginia Hill y Casa blanca (2da. parte)
20 de enero de 2020
Por: Víctor Manuel Jiménez Mora.
Cuando los agentes del FBI detuvieron en EU a Virginia‎ Hill, acusada de pasar droga desde México a Estados Unidos, ella contestó: "Si buscan gánsters, empiecen en la Casa Blanca. Aprésenlos y éste será un mundo mejor. Váyanse todos ustedes al infierno".
Fue un influyente gánster nacido en Italia, cerebro criminal y señor criminal que operaba principalmente en los Estados Unidos, Europa, pero también en México.
Virginia Hill, contacto en México de Lucky Luciano, junto con el judío Alfred Blumenthal, el capitán Luis Amezcua (guardaespaldas de Miguel Alemán) y el coronel Carlos Serrano (reeleccionista, inspirador de la entonces recién creada Dirección Federal de Seguridad), habían establecido en el bar Ciro’s del capitalino Hotel Reforma, un centro de acopio continental de relaciones públicas, contactos y narcotraficantes. Se rumoraba que fue una de las muchas amantes de El Dientón de Sayula.
TERRAZA DEL CIROS, que por cierto, se reabrió después de muchos años, con gran éxito. Visítela!
VIRINIA HILL en la ciudad de México.

Políticos, artistas, banqueros, y periodistas del México de 1948 se daban cita en la elegante hospedería del Paseo del mismo nombre, hasta donde los “empresarios” del espectáculo traían las mejores variedades y orquestas de Manhattan y de Beverly Hills. Como maestro de ceremonias, Luis M. Farías, quien después sería –cuota corporativista al gremio de los locutores– dos veces “pastor” de los priístas en la Cámara Baja y gobernador (sustituto) de Nuevo León.
La señora Hill era la aspirante a actriz hollywoodense‎ que había asignado la Cosa Nostra para “convencer” a los altos mandos mexicanos de “facilitar” el paso de la cocaína al “otro lado” de la frontera, para ponerla en las manos de los “distribuidores”, en aquel tiempo, mafiosos de la organización italiana.
Había sido pareja de Bugsy Siegel‎, judío ucraniano, hombre de las confianzas de Luciano y de Meyer Lanski, cerebro financiero de la mafia, quienes le encargaban cosas pesadas debido a su audacia y sangre fría. Cuando la pareja empezó a construir el Hotel Flamingo, en Las Vegas –el primero en aquel páramo desértico–, corrieron rumores sobre desvíos de dinero y la mafia los separó trágicamente del negocio.
La mafia le debía mucho a Benjamín Siegel. En nombre de la familia de Lucky Luciano, Bugsy, como le llamaban, había asesinado en 1931‎ al temible Joe The Boss Masseria, marcando el triunfo de los primeros y una nueva era del crimen organizado en Nueva York.
Bugsy Siegel y el Triángulo Dorado
‎México ocupaba el primer lugar como proveedor de la droga, porque el grupo mafioso había ordenado a Siegel que buscara un sustituto para Yugoslavia, Turquía, Afganistán y algunos países del Medio Oriente que habían dejado de producir “adormidera” por la Segunda Guerra.
Siegel montó el centro de operaciones para toda Latinoamérica ‎en Tijuana. Sabía que miles de chinos habían llegado a las costas del noroeste mexicano en el siglo XIX para construir el tren a Chihuahua. Eran los expertos en trabajos pesados y, en sus ratos libres, hacían florecer los grandes cultivos de amapola en la Sierra Madre, zona hoy conocida como el Triángulo Dorado.
Gobernadores corruptos,‎ agricultores adinerados, alcaldes, jefes de policía y mafiosos locales incipientes, se habían hecho del control de la producción y tráfico de la adormidera hacia el norte. Eran los fondeadores. La mafia, agradecida.
Siegel despertó la envidia del gobernador de Sinaloa, coronel Rodolfo Tostado Loaiza. Luego de que la policía estatal quemara los sembradíos financiados por el judío, éste le ordenó a su pistolero que acribillara al político en medio de la coronación de una reina de belleza.
Al gobernador Tostado Loaiza lo ejecutó, en pleno Carnaval de Mazatlán, en 1944, El Gitano, primer sicario sinaloense. El mismo que unos años más tarde asesinara a Hugo Izquierdo Ebrard, por idénticas razones.
Las plazas se “calentaron” con estos acontecimientos y Luciano dio la orden de asesinar a Siegel.‎ En La Habana le ordenaron a Virginia Hill ocupar la vacante del judío ucraniano, cuestión que aceptó de buen grado. Cuando apresaron a Virginia, Meyer Lansky se quedó con la red del crimen organizado en México y en Acapulco. Se cerró toda una época.
El imposible casino que debió hacerse en Acapulco
En 1947 Alemán autorizó la reapertura de Agua Caliente. La nueva Ley Federal de Juegos y Sorteos por parte del gobierno federal comandado por Miguel Alemán Valdés, confeccionada a mano, concedió discrecionalidad al titular del Ejecutivo para otorgar las concesiones. Los nuevos inversionistas de la era fueron inmortalizados por las películas de gangsters en Hollywood: Lucky Luciano, Meyer Lansky y Frank Costello.
Rita Hayworth en el Casa Blanca filando “La Dama de Shangai” en 1947

Joe Shenk, quien había encabezado al grupo de inversionistas conocido como “Los barones de la frontera”, en la época del maximato, asociado con Al Capone, regresaba a México con el grupo de Luciano, coligado ahora don Eddie Neils, productor de Colombia Pictures, amigo de Miguel Alemán.
Alemán, a través de su testaferro Bruno Pagliai, casado con la actriz Merle Oberon, era el principal accionista en el Hipódromo de las Américas, construido sobre terrenos del Ejército, e inaugurado en 1943 por Manuel Ávila Camacho, pero esa, es otra historia.-
MIGUEL ALEMÁN
LA ACTRIZ MERLE OBERON EN SU CASA DE ACAPULCO
ALBERTO BARNEY, PRIMER RELACIONES PUBLICAS DE ACAPULCO, ES ACOMPAADO DEL ACTOR JOHHNY WEISSMULLER “EL PRIMER TARZÀN”. Barney Catalán, fue gerente de unas de las áreas del Casa Blanca y conoció a Virginia Hill y a sus socios. Foto: interior del Casa Blanca

El macarthismo se atravesó en el camino de las inversiones de la mafia en México. La familia Genovesse se quedó con las ganas de que prosperara la red organizada en este país, con nuevas inversiones para “desarrollar” Acapulco, donde se instalaría un gran casino, del que sería socio —but of course!— Miguel Alemán. Luciano y Lansky murieron en La Habana.‎ Cambio de época.
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